Hola, mis queridos lectores degustadores.
En esta sección quincenal de mis quehaceres literarios, que son los maridajes de libros, os traigo una novela de atmósfera intensa, personajes bien definidos y diálogos profundos: Lo que quedó de nosotras, del autor Ángel Alonso.
Y para acompañar este oscuro thriller imprescindible, propongo una cerveza artesana que no solo viene al pelo por la procedencia —Se hace en Palencia, donde nació el autor;—, sino por su potente espíritu. Hablo de la winter ale Yesta Cencella.
SINOPSIS:
Elian emprende un viaje con las cenizas de su amiga Nerea metidas dentro de una urna. Desea esparcirlas en el lago Mortigo, donde la encontraron un año atrás. Asesinada y violada. La acompañan en ese particular viaje, Ada e Izaskum, las dos únicas personas en las que confía.
A pocos kilómetros de su destino, deciden hacer una parada en una estación de servicio. Allí conocerán a tres amigos que aparentemente solo buscan pasar un fin de semana de aventuras y libertad cerca del lago.
Cuando Bosco, el carismático líder de los tres amigos, les propone ir a su casa situada en un paradisiaco lugar junto al Mortigo, ellas aceptan. Tan solo se trata de un pequeño alto en su camino. ¿Qué puede salir mal?
Tras una noche de juerga, alcohol y confesiones, la relación entre ambos grupos quedará atrapada en una extraña y desconcertante situación. Lo que al principio parece un peculiar e inofensivo juego, desembocará en una violenta reacción en la que para sobrevivir no solo bastará con ir un paso por delante.
“Lo que quedó de nosotras” es un thriller de terror donde nada ni nadie es lo que parece.
VALORACIÓN:
La sinopsis fue lo primero que me atrajo de este libro (un arte poco explotado por estos mares) y el inicio de la historia terminó por atraparme. Lo que quedó de nosotras habla sobre todo del dolor, pasado, presente y futuro. Un daño inmisericorde camuflado bajo las líneas de lo que parece un simple argumento de puñaladas y escenas explícitas repletas de sangre (oh yes!).
Pero no, Lo que quedó de nosotras es mucho más que eso. En esta novela se esconden sentimientos complejos como la culpa, el resentimiento, la vergüenza, la frustración, el amor y el odio. Caminando sin tapujos de la mano de mentiras, medias verdades e intenciones veladas, el autor construye una atmósfera claustrofóbica de la que el lector solo desea escapar leyendo a toda velocidad, porque cuanto más se avanza, más se necesita saber el final de la historia.
En este libro ninguno está salvo, nadie es del todo inocente… ¿O sí? La sociedad nos ha vendido algo tan precioso que es casi imposible alcanzarlo. Y si no lo tenemos, no sabemos cómo llegar a ello o lo perdemos, ¿qué seremos capaces de hacer por poseerlo?
En lo que más destaca esta novela, a mi parecer, es en la construcción de los personajes. Les pertenece. Sus motivaciones son claras, su evolución sutil y el final de cada uno es consecuencia de las decisiones que toman. Los diálogos dan muchas pistas y hay que estar atento a los detalles de las reflexiones. Son caminos que conducen a un final sorprendente.
Una historia que no esperaba con un argumento que no supe anticipar. Muy recomendable.
El maridaje de esta novela no ha sido sencillo. Despertó en mí tantos sentimientos distintos que me costó elegir. Pero, al final, opté por lo más primario a la hora de escoger: lo que me pedía el cuerpo.
Y es que esta historia necesitaba una cerveza artesana con carácter, indómita y palentina, como el autor. La Yesta Cencella es un caldo tipo Winter Ale que nació de la mano de la marca de cervezas Torquemada, artesanos dedicados a que el sabor del Cerrato Palentino llegue a todos los paladares.
Este tipo de cervezas están pensadas para un clima frío, es la compañera ideal de una historia cruda como la que nos ocupa, ya que tiene 9% de graduación alcohólica.
Es esta una cerveza maltosa, de bajo amargor, con cuerpo y matices especiados de canela y clavo. Los artesanos emplean miel de Flor de Majuelo (Torquemada) para su preparación, lo que le otorga un toque muy especial.
La fermentación final se realiza en la misma botella, que los elaboradores aconsejan preservar de la luz directa y las altas temperaturas.
Para saborear en noches nevadas, oscuras o en verano si te vienes a las montañas.
¡Y hasta aquí el maridaje literario de hoy!
¡LEED Y BEBED, MALDITOS! SIN LIBROS Y AROMAS, LA VIDA SERÍA UNA SUCESIÓN DE OSCURAS CAVERNAS SIN FINAL.