Hoy me apetecía hablaros de una novela que disfruté por primera alrededor de 2002, y que he releído de nuevo hace poco: Pandemónium, de Christopher Fowler.
Y para acompañar esta recreación moderna del mito de Fausto, he escogido una cerveza francesa potente, Belzebuth Blonde 8,5, que le va como anillo al dedo, como demonio a poseído, como Alien a Ellen Ripley.
Es una novela de lectura y desarrollo muy rápidos (eso me encanta), con toques de humor negro constantes y que trata de enseñarnos una crítica social de la época. Se me hizo corta y muy entretenida.
Sinopsis:
Martyn Ross tiene veintrés años y sus días transcurren sin pena ni gloria. Trabaja en una tienda de muebles, su jefe lo desprecia, vive en un cuchitril y no tiene novia. Una noche es abordado por un misterioso desconocido llamado Spanky que sabe muchas cosas de él. Spanky le cuenta que es un ente sobrenatural positivo capaz de enderezar vidas grises y vacías. Aunque escéptico al principio, Martyn acaba dejándose seducir por su propuesta y comienza a ascender a la élite y social y económica. Pero la capacidad casi milagrosa de esa extraña criatura para manipular el destino tiene un precio. Un precio muy alto.
A través de esta historia, titulada Spanky en otros países, el autor nos introduce en un mundo de alucinación y pesadilla, pero una una forma nada compleja. Es una versión underground del mito de Fausto, una narración delirante y deliciosamente grotesca.
¡Y hasta aquí el maridaje literario de hoy!
¡LEED Y BEBED, MALDITOS! SIN LIBROS Y AROMAS, LA VIDA SERÍA UNA SUCESIÓN DE OSCURAS CAVERNAS SIN FINAL.