El maridaje del thriller, «La puerta», de Manel Loureiro ha sido bastante intuitivo, y he escogido el Albariño Lagar de Cervera. La elección ha sido sencilla, gracias a que la ambientación de la novela transporta con facilidad a los fríos y húmedos parajes de las tierras gallegas.
«La puerta», es un thriller con un inquietante inicio y un estilo alejado de florituras, que ya anuncia que lo que viene a continuación no va a decepcionar. El relato va en aumento en el ritmo, y el suspense constante es nota dominante, a la vez que despierta en el lector un gran desasosiego e inquietud, gracias a los tintes de terror psicológico que autor imprime en sus líneas.
Sinopsis:
El hallazgo del cadáver de una joven, asesinada mediante una antigua forma ritual a los pies de la mítica Puerta de Alén, desconcierta a sus investigadores. La agente Raquel Colina es una recién llegada a ese rincón perdido de Galicia para tratar de salvar a su hijo, al que la medicina ya no puede curar. Sin otra alternativa, y llena de dudas, Raquel había recurrido a una menciñeira local, que prometía su sanación.
Sin embargo, la misteriosa desaparición de la curandera y el descubrimiento de la víctima de la Puerta hacen sospechar a Raquel que ambos casos pueden estar relacionados. Con la complicidad de su compañero, en un ambiente mágico y rural que no acaba de comprender y donde todo el mundo parece guardar un secreto, la agente comenzará una desesperada cuenta atrás para resolver el caso y así hallar la última tabla de salvación que le queda a su hijo.
La puerta, es una novela en la que el ambiente lúgubre, tormentoso y oscuro de la Galicia es casi un personaje más de la historia, provocando una sensación en el lector cercana a la novela de terror.
Para acompañar a esta historia, aconsejo un vino frío de potente retrogusto, que reconforta sin trasportar al lector demasiado lejos de la acción en la húmeda Galicia: Lagar de Cervera, propiedad de las bodegas Rioja Alta, pero cuyas cepas crecen en Rías Baixas.
Este es un vino intenso, de color amarillo pálido muy brillante con reflejos verdosos. Su aroma procede de su intensidad varietal propia y potente, con notas de flores blancas, heno, frutas de hueso maduras y los varietales propios de esta variedad de Albariño: fruta bñanca madura, manzana y pera. En boca destaca su entrada fresca, con notas de aromas cítricos.
¡Y hasta aquí el maridaje literario de hoy!
¡LEED Y BEBED, MALDITOS! SIN LIBROS Y AROMAS, LA VIDA SERÍA UNA SUCESIÓN DE OSCURAS CAVERNAS SIN FINAL.