Una de cal y otra de karma + Ibizkus rosado

Hace tiempo ya que comencé con esto de los maridajes, y lo hice con la novela Soltera y satisfecha, de Elena Llorente

Me alegra comprobar que después de bastante tiempo, el apoyo de mis lectores me ha animado a abordar muchas más lecturas y catar distintos brebajes para maridarlas.

Por eso, es especial publicar este nuevo maridaje, ya que vuelvo con la autora de mi primera reseña para hablaros de la secuela de esa estupenda historia: Una de cal y otra de karma.

Para el maridaje de esta chispeante historia conté con la colaboración de la propia autora. Yo quería continuar con la línea de vinos rosados que comencé con la primera parte, y ella me sugirió un caldo que hacía tiempo que quería probar, por lo que no me hice de rogar: El Ibizkus rosado.

EL LIBRO

Tras un invierno en la Península, Marcos vuelve de Sevilla para hacer la temporada en Ibiza, algo que no le va a pasar desapercibido a Sonia. Por otro lado, la protagonista nos va a seguir contando las vivencias de sus amigas y, curiosamente, todas pasan por una crisis de pareja; Tania se ha distanciado de Felo, no en el sentido físico, que ya lo estaba, sino en el emocional, que es el que puede hacer tambalearse una relación; Lucía es una caja de sorpresas que podrían poner su reciente matrimonio patas arriba; y Elena se enfrenta a la posibilidad de delegar en Carlos ciertos deberes familiares que la traen de cabeza. Además, Berg y Ramón vuelven a cruzarse en la vida de Sonia, uno de forma fortuita; el otro, deforma premeditada por ella. Aparte, irrumpen dos personajes que te van a cautivar; Patricia, otra de sus mejores amigas, y Manu, el chico misterioso. Sin olvidar que hay cosas que solo le pasan a Sonia, porque tiene el don de liarla muy parda y hacernos pasar un rato de risas y carcajadas. Nuestra Sonia se dejará llevar por los celos y la envidia. Será capaz de resarcir sus errores Conseguirá, por fin, mejorar su actitud ante la vida Solo entrando en su cabeza, lo descubrirás.

Una vez más, nos encontramos con una prosa ligera que anima a leer sin parar. La narración nos lleva a continuar con las peripecias de la protagonista, que deberá enfrentarse a las consecuencias de lo vivido en la primera entrega además de abordar nuevas pruebas, cada cual más entretenida.

Me ha parecido un libro romántico y anti-romántico al mismo tiempo. Es una historia que expone las relaciones tal y como son, sin grandilocuencias ni hipérboles fantasiosas sobre el amor. Una narración cargada de erotismo donde la autora describe escenas subidas de tono de una forma muy natural y directa.

Esta novela es una buena lectura para reírse y ponerse al día con las aventuras de la protagonista, que parece tener el don de meterse donde menos le conviene, aunque gracias a eso hace pasar al lector muy buenos ratos y le deja con ganas de más.

El final anticipa una tercera parte, volveré seguro con un nuevo maridaje en cuanto salga. 

EL VINO

Los Ibizkus, son vinos de la tierra de Ibiza. A estas alturas ya sabrás que no solo la autora es de la isla, sino que sus novelas están ambientadas allí, por lo que supone una combinación perfecta. 

El Ibizkus rosado tiene un tono salmón pálido muy sugerente. En nariz se perciben notas de flores blancas y rosas, además de aromas frutales como el pomelo y el albaricoque. 

Al probarlo, llega un sabor fresco y afrutado que se mantiene en el paladar y trae de nuevo los aromas a la nariz.

La acidez de este vino está muy equilibrada, al igual que la narración y la prosa de Elena Llorente

Un dúo imprescindible con un gran equilibrio entre la atracción hacia la dulzura, la confrontación de la aspereza  y la ilusión ante una nueva cata de experiencias.

¡Y hasta aquí el maridaje literario de hoy!

¡LEED Y BEBED, MALDITOS! SIN LIBROS Y AROMAS, LA VIDA SERÍA UNA SUCESIÓN DE OSCURAS CAVERNAS SIN FINAL.

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